EL ANTICRISTO FUE EMPERADOR DE ROMA!

Allá por el año 30 dC, en tiempos del emperador Tiberio, en la provincia romana de Judea sucedió un hecho que en principio podría haber sido totalmente irrelevante.  Seguramente ni los judíos, ni mucho menos los romanos, llegarían a imaginar cuan trascendente sería la ejecución de un reo, uno más de los que decían ser “El Mesias” esperado, uno que además se hacía llamar “Hijo de Dios”. Para los romanos éste era un asunto interno entre judíos que, muy a su pesar, tuvieron que resolver a modo de castigo ejemplar. Sin embargo, Jesús, entre los fariseos que dominaban el Sanedrín, era visto como un agitador popular,  un hombre peligroso para la religión establecida, para el templo y sus sacerdotes, un desobediente y un escandaloso, un infiel y un blasfemo, en definitiva, una amenaza grave para la estabilidad y la paz del sistema de convivencia que habían aceptado y acordado los dirigentes del Sanedrín con los romanos. Éste se había convertido en un incordio para los fariseos quienes deseaban su muerte, sin embargo, el Sanedrín no podía aplicar el ius gladii (la pena de muerte), facultad reservada únicamente a la justicia romana, así que finalmente presionaron a Poncio Pilatos consiguiendo su ejecución, detallada en los evangelios.

Antonio Ciresi, Ecce Homo, 1871

Después de la muerte de Jesús, sus seguidores se dedicarán a transmitir la nueva doctrina de aquel por Oriente Próximo, Grecia y la misma Roma, pero sin molestar a la potencia dueña del Mundo que no veía en la pequeña comunidad cristiana ninguna amenaza para sus intereses. Roma era muy tolerante con las naciones sometidas, dejando que mantuvieran sus propios órganos de gobierno y, por supuesto, su religión, y no le importaba que los cristianos y muchos otros recorrieran sus dominios predicando, siempre que no se pusiera directamente en tela de juicio la religión romana, la religión oficial del Estado.

Ahí entrará en la escena el que será uno de los predicadores más fructíferos de la nueva religión: Pablo de Tarso quien, a pesar de su origen fariseo y de haber perseguido a los primeros cristianos, tras una revelación[i] durante un viaje a Damasco, se convertiría en el más grande evangelizador de la nueva religión. Tras muchos viajes, Pablo acabaría siendo arrestado y llevado a Roma donde permanecería dos años sin ser molestado[ii] ya que los complicados mecanismos legales de Roma pudieron proteger a Pablo de los radicales judíos. En estos más de treinta años transcurridos desde la Resurrección de Cristo, Roma dejó hacer a los cristianos sin molestarles. Pero la relación cordial entre Roma y los cristianos pronto se truncaría gracias a la intervención de un demente instalado en el poder de Roma: Nerón. Éste, que los utilizó como cabeza de turco a quien culpar del incendio del 64 dC, y más tarde Domiciano, iniciarían las primeras persecuciones a los miembros de la nueva secta: los cristianos.

Persecución de los cristianos durante la época de Nerón, obra policromada en madera del siglo XIX

Puede que por ello, el número de la bestia (666) de la que nos habla el Apocalipsis de San Juan como el número del anticristo, en realidad no fuera más que un código con el que se identificó por parte de los primeros cristianos a uno de estos “emperadores malditos”.

 “Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.”

Ap 13:18.

La teoría al respecto se basa en que los romanos expresaban los números con letras, quién no se acuerda de los números romanos!!. Así, la cifra 666 es, en numeración romana, DCLXVI. Este acrónimo vendría a significar: Domitius ( o Domitianus) Caesar Legatos Xti Violenter Interfecit, que traducido es: «Domicio (o Domiciano) César mató vilmente a los enviados de Cristo». Domicio era el nombre del emperador Nerón antes de ser adoptado por el emperador Claudio como hijo suyo. La cifra apuntaría, bien a Nerón o al emperador Domiciano, famosos ambos por sus persecuciones a los cristianos, como el Anticristo.

Papiros Oxirrinco

Investigaciones sobre descubrimientos relativamente recientes como los Papiros de Oxirrinco, actualmente en el Ashmolean Museum de Oxford, apuntan a que, tal como ya habían expresado autores como  San Ireneo , el número representado en el original del Apocalipsis de Juan en realidad fue el 616. Esto supondría eliminar la L de Legatos, del número de la bestia, pero sigue apuntando a Nerón o a Domiciano como los responsables de los males de los cristianos.

Llegados a este punto, y como no podía ser de otro modo ya que esta página quiere rendir homenaje a aquellas míticas películas «de Romanos» con las que nos sentábamos frente al televisor los sábados por la tarde, os dejo un fragmento de la mítica película «Quo Vadis»... donde Pablo, llamado por Dios, regresa a Roma a sufrir su martirio!!

 FUENTES: 

La muerte de Jesús: historia y teología:http://blogs.periodistadigital.com/teologia-sin-censura.php/2012/03/25/la-muerte-de-jesus-historia-y-teologia

666 no es el número del demonio:http://www.taringa.net/posts/noticias/8548914/666-no-es-el-numero-del-demonio-interesante.html

El emperador Trajano, el hispano que conquistó el mundo: http://www.finanzas.com/xl-semanal/conocer/20130908/emperador-trajano-hispano-conquisto-6141.html

Roma y el cristianismo I: una relación cordial. http://www.historialago.com/xto_01155_roma_cristianismo_01.htm

http://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_neron

——————————————————————————————————————–

[i] Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.

Hechos de los Apóstoles 8:1-3

[ii] Pablo regresaría a Roma, en donde, según los historiadores eclesiásticos: Gayo, cronista eclesiástico, Seferino, obispo de Roma, y Dionisio, obispo de Corinto, afirman que los Apóstoles Pedro y Pablo fueron martirizados juntos, el 29 de junio del año 67 d.C., en el décimo tercer año del reinado de Nerón.