Quizás el cuerpo de élite más famoso conocido, la guarda pretoriana estaba compuesta por los mejores soldados a los que se remuneraba de forma muy generosa y cuya función era esencialmente la protección del emperador a quien debían lealtad hasta la muerte, pero… la muerte ¿de quién?
Y es que en numerosas ocasiones su fidelidad distó mucho de ser completa, como muestran las constantes conjuras y sublevaciones que protagonizaron hasta su desaparición en el siglo IV. Así que, si bien de ellos dependía la seguridad personal de los emperadores, también llegó un punto en que, tal era su poder, que eras ellos los que los proclamaban y deponían a su antojo. Sigue leyendo