Disciplina y castigo en las legiones de Roma

«Un hombre que se enrola en el ejército cambia de vida por completo. Deja de ser alguien que toma sus propias decisiones y emprende una vida nueva, dejando atrás la anterior»

Así explica el escritor Artemidoro el drástico cambio de vida que experimentaba quien se convertía en legionario romano. Lo cierto es que eran muchos los que aspiraban a emprender esa carrera, pues la vida en el ejército garantizaba comida, alojamiento y un salario que, si bien no era superior al de un trabajador libre, sí tenía la ventaja de ser fijo. Además durante el servicio, el soldado podía aprender un oficio, e incluso a leer y a escribir, y recibía asimismo mejor atención médica que la media de los demás romanos. Además, confiaba en que al licenciarse recibiría una cantidad de dinero o un terreno.

Si bien, los puestos de legionario estaban reservados a los ciudadanos, los que no lo eran podían alistarse en las tropas auxiliares con la esperanza de obtener la ciudadanía al término de su servicio.

Naturalmente, había contrapartidas: el legionario debía someterse a las órdenes de los mandos, y soportar castigos corporales e incluso la pena capital sin grandes opciones de defensa. Tampoco podía casarse legalmente, aunque en la práctica muchos soldados tenían esposa e hijos no reconocidos oficialmente.

DISCIPLINA Y CASTIGO 

 La fuerza del ejército no residía exclusivamente en el armamento y la táctica, sino también en la disciplina, es decir, en la costumbre de consentir en hacer el esfuerzo que exige el superior. Los generales imponían a los soldados largas marchas, duros trabajos y muchas privaciones y castigos cuando la obediencia se relajaba. Desde su transformación en un ejército profesional, compuesto por hombres disciplinados y eficientes, las legiones de Roma fueron la punta de lanza del Imperio.

El sistema disciplinario del ejército romano ya era severo cuando las legiones se reclutaban de entre ciudadanos ricos que servían por un sentido de lealtad al estado. Cuando el ejército se convirtió en una fuerza profesional, los castigos no hicieron sino aumentar su brutalidad. Sigue leyendo

Juegos de manos… una de romanos!!!

Ilustración para acompañar el reportaje de Elena Soto sobre el estudio de filólogos de la UIB y de la Universidad de Barcelona sobre la gestualidad en la Antigüedad romana.

¡TODOS LOS GESTOS LLEVAN A ROMA!

Todos, en algún momento u otro, nos hemos preguntado el por qué de los gestos. ¿De dónde surgen?, ¿Cuál es su origen?, ¿Cómo han llegado a nosotros?, ¿Por qué cruzamos los dedos deseando que algo salga bien?, etc.

Esto precisamente me sucedió a mi cuando, hace poco, una amiga cumplía años y quería dedicarle algún «regalo» especial: desvelar el origen del  famoso «tirón de orejas». De ahí que me encontré que las Universidades de Baleares y Barcelona acababan de publicar un estudio, y de ahí la publicación «El por qué de nuestos gestos», extraído de los textos y de la iconografía de la Antigüedad, habiéndo llegado a conclusiones muy interesantes. Los investigadores han podido documentar gestos que se han conservado a través de los tiempos y nos han llegado con el mismo significado; otros que desaparecieron; y otros que son usado todavía pero con distinto significado. Sigue leyendo