La Iglesia Católica es una institución en la cual, como casi todas las religiosas mayoritarias, el papel de la mujer ha estado siempre relegado a un segundo lugar, el de abnegación y obediencia, pero nunca a uno protagonista y de relevancia. La figura principal y cabeza de la Iglesia es ostentada por el Papa y, desde tiempos de San Pedro, hasta donde sabemos, siempre ha contado con Papas varones. O eso es lo que nos han hecho creer!!
Los cónclaves, en los que se elije al nuevo Papa cuando el anterior ha fallecido, están envueltos en miles de leyendas y anécdotas, pero una de ellas pone en cuestión que todos los líderes de la Iglesia hayan sido hombres. Según el mito, una mujer llamada Juana, disfrazada de varón, fue elegida Papa y gobernó entre los años 855 y 857.